Pirateada en La Feliz
Racing recibe a Unión de Sunchales en el Sancho
Por Maximiliano Cuello y Agustín Salzano
Aquel 26 de junio de 2011, el árbitro Sergio Pezzota tuvo que dar por finalizado antes de tiempo el partido de vuelta de la promoción entre River y Belgrano debido a los incidentes que se habían desatado en el Monumental de Núñez. El empate 1 a 1 en este partido, sumado a la victoria por 2 a 0 del Pirata en Córdoba, decretaba el triunfo del equipo cordobés en la Promoción.
Se consumaba así uno de los hitos de la historia del fútbol argentino. David había derrotado a Goliat. Belgrano volvía a Primera, mientras que River tendría que jugar por primera vez en la segunda categoría de nuestro fútbol.
Juan Carlos Olave fue uno de los grandes protagonistas de aquel ascenso y aún hoy, once años después, atesora el recuerdo de cada instante de esa hazaña futbolística. “Yo recuerdo cada momento de todo el camino recorrido. No me quedo con el partido de River –ni acá ni allá-; yo me quedo con todo el recorrido porque fue una enseñanza ese año”.
El ex arquero recuerda que “arrancamos muy mal ese torneo, no podíamos corregir el andar del equipo y lo terminamos enderezando sobre el final de la primera parte. En la segunda parte, con una convicción increíble, fuimos en busca de la posibilidad que teníamos. Porque nosotros sabíamos que no teníamos la posibilidad de ascender directo porque habíamos quedado muy atrás y teníamos que aferrarnos a una promoción”.
Belgrano llegaría a esa promoción de manera holgada, con mucha entrega, esfuerzo y tesón. “Conseguimos llegar y nos toca River… Muchos nos decían: ‘esfuerzo en vano’. Y lo que más recuerdo es que para ese grupo, en ningún momento River fue un condicionante para el objetivo que teníamos nosotros. Nunca pensamos que por ser River no lo íbamos a lograr. Sabíamos que lo íbamos a lograr y creo que ese convencimiento fue lo que nos dio la posibilidad de ascender a Primera”, rememora orgulloso el “Juanca”.
En aquel entonces sabían que el mundo los estaba mirando, ¿qué se te pasaba por la cabeza en esos momentos?
Lo único que se me pasaba por la cabeza era la felicidad de la gente de Belgrano, porque yo había vuelto para tratar de que Belgrano volviera a primera división. A mí no me importaba el mundo, no me importaba lo que dijeran los diarios de España, de Ecuador, de Colombia, de México, de donde fuere, ni los diarios nacionales; no me importaba. Lo único que se me pasaba por la cabeza era que llegáramos a Córdoba y estuviera el mundo de gente que nos esperó.
En el ascenso anterior, le había tocado festejar como hincha: “Yo me acuerdo cuando Belgrano ascendió en el 2006, cuando los jugadores no podían llegar al Chateau. Yo había ido a festejar, los estuve esperando en el Chateau y no llegaban; tenían que llegar al mediodía y llegaron como a las cinco de la tarde por la cantidad de gente que había. Y yo quería vivir eso, lo único que se me pasaba por la cabeza era vivir ese momento con la felicidad de todos los hinchas de Belgrano”, recuerda el también ex arquero del Murcia de España.
Ascenso heroico
Cuando un logro se acerca, suele haber un momento en que uno se da cuenta de que es difícil que se le escape y siente que ya lo tiene. Ese momento llegó para Olave “sobre los minutos finales del partido allá en Buenos Aires, donde veíamos que River era pura desesperación y ya la gente estaba callada. En realidad esperábamos la suspensión. Sabíamos que el partido no iba a terminar en caso de que nosotros estuviéramos cerca, que la gente no iba a soportar eso. En un momento de tantos centros que nos tiraban y sacábamos y sacábamos y sacábamos, vos veías en la cara de los jugadores de River como una resignación; recién ahí lo sentí”.
El también ex arquero millonario, resalta aquella promoción heroica debido a la importancia del rival al que enfrentaban: “Uno de los más ganadores que hay en el mundo, un rival que muchos menospreciaban en ese momento porque estaba peleando algo que no era lógico para su historia, pero que en esa campaña había clasificado a las copas y que tenía jugadores importantes. Y si bien después decían que era el peor River de la historia, no creo que Lamela sea del peor River de la historia, no creo que Pereira, no creo que Pavone, no creo que Almeida, no creo que Maidana lo fueran, ni los jugadores de selección que había. Nosotros no lo subestimábamos al rival, pero sabíamos que ellos no debían subestimarnos, porque nosotros teníamos las posibilidades de ganársela”.
Olave fue protagonista de un momento clave en la vuelta. El partido estaba 1 a 1 y River necesitaba dos goles para igualar la serie y así conservar la categoría. Pezzota cobraba penal para el local, lo que parecía darle vida. Pero apareció el gran arquero Pirata para taparle el disparo a Pavone y prácticamente sentenciar la historia.
¿Qué sentiste cuando cobraron el penal? ¿Sabías que iba ahí?
No me desesperé cuando lo cobraron. Intuíamos que podía pasar. Yo había pensado en tirarme para el otro lado y decidí a último momento tirarme a ese lado. Pero yo sabía que ese era el momento en que el equipo me necesitaba; que si nos hacían en el gol íbamos a correr riesgo, pero si no, nos íbamos a hacer fuertes. Y gracias a Dios tuve la fortuna de contenerlo, darle la seguridad y la tranquilidad al equipo, lo cual llevó también a la desesperación de River y que nos facilitó las cosas a nosotros.
¿En qué lugar de la historia de Belgrano y de tu carrera ponés ese hito tan importante, no solo para Belgrano, sino para el fútbol de Córdoba y del interior del país?
Ese hecho puntual marcó algo en la historia del fútbol argentino, por el rival, no por el ascenso de Belgrano. Lógicamente para Belgrano es un ascenso importante, tanto como los otros, como lo fue el ascenso del 91 con Jorge Guyón de técnico. Ese creo que fue uno de los más importantes para Belgrano, porque fue la primera vez que Belgrano estaba en Primera División. Éste también, porque creo que le dio una trascendencia muy grande al club. Creo que marcó la historia del fútbol argentino, creo que queda plasmado. Y en la historia de Belgrano seguramente es un hecho muy importante.
En mi carrera, sin duda que es importante, pero lo pongo a la altura de otros que me dieron mucha felicidad, como debutar con la camiseta de Belgrano en la cancha de Boca y ganar; como clasificar por primera vez en la historia a una copa internacional con Belgrano; jugar afuera del país; poder ser protagonista en un campeonato de Primera División, que Belgrano pocas veces lo había sido. También tuve momentos muy lindos en Gimnasia y Esgrima de La Plata, pero sin dudas que ese ascenso fue cumplir el objetivo por el que yo había venido, con el club que yo amaba.