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Talleres espera por un duelo clave ante Sporting Cristal

Simón Guzmán
Periodista
Luego de la gran sesión de Sprint del sábado, Max Verstappen volvió a sonreír y no dejó dudas en su segundo triunfo en el campeonato.
La lluvia se convertía en actor principal desde la largada. Verstappen cubría bien su primer lugar, mientras que Pérez y Norris superaban a Leclerc, que tuvo un pobre inicio de carrera. El Safety Car se hizo presente debido a que Ricciardo y Sainz se fueron de la pista. En definitiva, un arranque para el olvido de Ferrari.
El Safety Car finalizó en la vuelta 4 y los Red Bull ya eran dueños de las primeras posiciones. La pista comenzaba a secarse pero el pronóstico meteorológico marcaba que en 15 minutos volvía la lluvia. Un comienzo de película.
Entrando a la séptima vuelta, Alonso sufrió un daño en su coche y tuvo que abandonar. España se quedaba así sin participantes en la carrera, teniendo en cuenta aquella primera vuelta de Sainz. Leclerc superó a Norris y quedó tercero; el próximo objetivo era ir por Checo, segundo de la carrera.
Fue entonces cuando los Mercedes comenzaron a tener protagonismo: Russell, en una carrera brillante, ya estaba quinto (largó 11°), Hamilton (largó 14°) luchaba por el décimo puesto con Lance Stroll. Pero la pista se secaba de gran manera y esto no favorecía a la escudería Alemana.

Foto: www.formula1.com

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Primer capítulo en boxes
La vuelta 20 iba a marcar un antes y un después. La mayoría ingresaba a boxes para cambiar neumáticos. Verstappen se mantenía en la punta y Pérez volvía a superar a Leclerc. Red Bull dominaba la carrera, mientras que absolutamente todos elegían neumáticos medios.
Verstappen consolidaba su liderazgo y se alejaba en soledad, con más de siete segundos de ventaja sobre su compañero de equipo, Pérez, que luchaba con Leclerc, desgastando neumáticos y demorándolo vuelta tras vuelta.
Leclerc no podía acercarse a los Red Bull y la carrera se tornaba monótona. En la vuelta 36 volvía a permitirse el DRS. Hamilton (14°) buscaba superar de una vez por todas a Gasly (13°) quien cubría bien todos los espacios e iba en búsqueda de Albon (12°).
Se iba a dar un momento histórico e inimaginable para la Fórmula 1: Verstappen le sacaba una vuelta a Hamilton. Lewis recibía la orden de dejarlo pasar en la recta y Max ya le sacaba una diferencia abismal.
A 13 vueltas del final, Verstappen seguía marcando los mejores tiempos. Leclerc seguía lejos de Pérez, que debía enfrentar la zona de rezagados. Esto parecía favorecer al piloto de Ferrari, pero la escudería Italiana tomaba una decisión polémica: mandaba a Leclerc a boxes para colocar gomas blandas.
Rumbo a la definición
La vuelta 54 iba a ser el momento cúlmine de la carrera. Leclerc apuraba a Pérez pero terminaba en un trompo tras irse fuera de la pista en una de las curvas. Tuvo que entrar al pit y así el monegasco quedaba noveno. Las ganas de ser segundo le jugaron una muy mala pasada.
El piloto de Ferrari buscaba recortar distancia y lograba llegar al sexto puesto, mientras que Verstappen seguía escapando en soledad y ya le sacaba 15,3 segundos a Pérez.
La bandera a cuadros hacía su aparición y los Red Bull sonreían tras un domingo perfecto. Se adueñaron del primer y segundo lugar, recortando distancia en el campeonato de constructores.
Luego de la victoria, Max fue contundente y afirmó: “Buscábamos esto, creo que a este 1-2 lo tenemos merecido”.
El campeonato del mundo comienza a tomar color. Ferrari tuvo un domingo para el olvido y Red Bull supo aprovecharlo al máximo. ¿Próxima carrera? Nada más y nada menos que Miami. A alquilar balcones para el ocho de mayo.