Atlético Tucumán goleó a un muy débil Talleres
Belgrano imparable: le ganó a Villa Dálmine y se escapa en la punta
Francisco Bolletta
Periodista
Fue dura la derrota de Talleres. En todo sentido: en el marcador, en la tabla de posiciones, en lo anímico y en lo actitudinal. Desde todos los ángulos lo abordó Pedro Caixinha, el entrenador Albiazul que no esquivó las balas en la conferencia de prensa y asumió los riesgos que corría la rotación, pensando en el duelo por Copa Libertadores ante Flamengo.
"Este partido tenía una historia especial por lo que representaba. Era la última posibilidad de ganar de visita: era hoy y ya no fue. Cuando tú tienes una última oportunidad, nosotros quisiéramos que se jugara este partido como una final", contextualizó el entrenador portugués. "Cuando al minuto nueve ya vas perdiendo, es echar a perder todo", agregó.
"Quisimos dar un poco de confort y poner más gente para tener cobertura por las bandas, pero dos de los goles salen sencillamente de ahí", explicó con relación a la línea de cinco en la defensa, con Álvarez por la banda derecha y Martino por izquierda, más tres jugadores en la zaga, como Torres, González y Palacios.
Con el 0-2 en sus espaldas, Talleres buscó cambiar, pero sólo logró controlar la pelota, sin profundidad. "En el segundo tiempo buscamos cambiar esa estructura, eso fue lo que pasó, pero tener la tenencia sólo por tenerla, y no tener profundidad, no nos ha llevado a hacer daño. Entonces qué más decir donde un rival ganó muy bien", resumió.
"Puedes perder, vas a perder más veces, pero no podemos perder de la manera que perdimos: por falta de actitud".
Casi resignado, con cierto enojo y fastidio, Caixinha agregó: "Por primera vez desde que llegamos a Talleres, miré la tabla de posiciones: jugábamos contra el último. Hoy teníamos que tener orgullo y amor propio para que nos llevemos los tres puntos. El orgullo tenía que estar en la cancha, no lo encontramos en el primer tiempo, y en el segundo sólo tuvimos tenencia", cerró.
La cabeza en la Copa
El mundo Talleres no puede despegarse de lo que significa jugar la Copa Libertadores de América, en su fase de grupos, por segunda vez en la historia. Con un equipo pálido en la Copa de la Liga y uno colorido en el torneo continental, la "T" oscila entre el éxito y la agonía.
Hoy, Caixinha tomó la determinación de realizar una amplia rotación en la que sólo uno de los once jugadores titulares ante Sporting Cristal fue titular. El hombre fue Michael Santos, que salió en el entretiempo para darle lugar a Federico Girotti que prácticamente no la tocó.
"Benavídez estaba suspendido, los dos centrales necesitaban descansar, al igual que Enzo. Cambiamos toda la línea defensiva", acotó sobre la parte baja del campo de juego; mientras que contó que "por lo menos siete jugadores que van a iniciar el partido con Flamengo no estuvieron acá, fue un tema de planificación y sobrecargas, de tener las piernas y la cabeza fresca".
"No es la primera vez que vamos a enfrentar a este rival y tenemos una gran creencia de que sí se puede. Es el próximo, el último de local y queremos sumar. Pero nada está garantizado, ni el segundo ni el tercer puesto. Hay que darle y seguir con ese gran apoyo que vamos a tener como siempre que jugamos en el Kempes", resumió con respecto al partido del próximo miércoles por la Copa Libertadores.
"La única mentalidad que tenemos que tener es que sí se puede ganar", cerró el entrenador que buscará el tercer triunfo de Talleres en esta Copa ante uno de los favoritos a quedarse con la máxima competencia a nivel clubes del continente.