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Leandro Fernández
Periodista
Jokic le ganó la pulseada a Joel Embiid y a Giannis Antetokounmpo. El de Philadelphia y el de Milwaukee se presentaban como los principales contendientes, pero la elección se la llevó el jugador de Denver. Los tres pívots alcanzaron la mayor cantidad de votos, lo que es curioso, ya que hasta hace poco se especulaba con que era una posición en peligro de extinción.
Lo más sencillo para explicar la elección del jugador más valioso es apelar a las estadísticas, donde el serbio se destacó con un promedio de 27.1 puntos, 13.8 rebotes y 7.9 asistencias por partido. Pero si nos quedamos en eso, vamos a pecar de no comprender a una de las mentes más veloces del básquet actual.
En Estados Unidos lo apodaron el “Joker”, simplemente por lo parecido que se pronuncia con su apellido, Jokic. Pero el serbio es un verdadero “comodín” en una baraja de naipes. Cualquier carta que te haga falta, él la puede suplantar. Si te hace falta un goleador, llámalo a Jokic. Si necesitás alguien que reparta el juego y pueda meter asistencias, ahí lo tenés al balcánico. Si te hace falta juego interior y buscas rebotes, también podés contar con el Joker.
Jokic rompe el molde
Si tenemos en cuenta los parámetros usuales e históricos, Nikola sería el antihéroe de la NBA. Está muy lejos del físico arrollador de Antetokounmpo, Embiid o LeBron James, pero si se pone de espaldas te lleva hasta abajo del aro. No tiene el lanzamiento de Curry, Irving o Durant, pero si es muy efectivo tirando al aro con un 56% de cancha.
Ejemplos así podemos dar a montones, pero hay que dejar de compararlo, porque Jokic es único en su tipo y probablemente nunca hayamos visto un jugador con ese estilo en la NBA. Fue muy cuestionado por su peso y por su lenta velocidad. Incluso llegó a confesar que tomaba tres litros de gaseosa al día. Pero demostró que tiene la mente en otro nivel; es el jugador que casi siempre toma la decisión correcta. Puede fallar en la ejecución, como todos, pero difícilmente piense mal una jugada.
El jugador franquicia de los Denver Nuggets hace creer que tiene ojos en la espalda o que cuenta con una visión más periférica que el resto, pero la realidad es que tiene el partido en la cabeza. Sabe perfectamente donde están sus compañeros, pero lo más sorprendente es que, sin mirar, sabe dónde están sus rivales.
Viene de la escuela yugoslava, la que abrió las puertas a los extranjeros en la NBA. Divac, Petrović y Stojaković son algunos ejemplos de balcánicos que brillaron en la mayor liga del mundo. Pero ninguno logró lo de Jokic: ganar un MVP, y mucho menos hacerlo dos veces de manera consecutiva.
Para responder al interrogante inicial, podemos decir que sí. Nikola Jokić tiene más que merecido el premio de jugador más valioso.