Instituto visita Tandil con un solo objetivo: volver a ganar fuera de casa
Instituto goleó a Santamarina en Tandil en un fin de semana bien glorioso
Simón Guzmán
Periodista
“Me daba vergüenza pedirle una foto a Campazzo, por suerte pude sacármela”, dice Agustín Destribats, sobre una de las tantas anécdotas que guarda de los Juegos Olímpicos de Tokio.
Más allá de la humildad con la que habla, “el Titán" fue medallista dorado en Lucha grecorromana en los Juegos Suramericanos de la Juventud 2013, cuatro veces campeón panamericano y tiene dos medallas de bronce en el Campeonato Panamericano de Lucha.
¿En qué parte de tu carrera te encontrás?
Estoy empezando una nueva etapa. Estoy buscando un nuevo sueño, quiero volver a estar en un juego olímpico. Ahora me encuentro en el proceso de aumentar el nivel para estar bien el año que viene y poder lograr los objetivos que nos estamos planteando.
Suele pasar que, cuando algo que se esperó por mucho tiempo llega a su fin -como los JJOO-, las personas entren en un período de vacío. Algo así le pasó a Agustín: “Terminé los juegos olímpicos y me costó volver a motivarme. Esos torneos te generan un gran desgaste. La forma de volver a centrarme e ir por más era sabiendo que todo lo que iba a hacer era para volver a estar en una competencia de esa magnitud”.
Estar lejos de la familia, la lucha más importante para Agustín
La vida del luchador es complicada, más teniendo en cuenta que por la situación del país, suelen emigrar en busca de nuevas oportunidades: “Mi familia vive en Córdoba pero yo no tengo un lugar fijo, me voy moviendo por todos lados. Ahora estoy todo el mes en Buenos Aires, después me voy a Tunisia, de ahí a Serbia y así constantemente”.
Será un largo viaje y mucho tiempo sin ver a su familia: “El 11 de julio tengo pasaje de ida y vuelvo el 20 de octubre. Es mucho tiempo, pero me acostumbré. Lógicamente que duele, pero me puse el chip de que tengo que volver a ir a un juego olímpico, sé que es la única forma de lograrlo”.
¿Cómo ves a la lucha en Argentina?
En Argentina no hay buen nivel, por eso necesitamos viajar. No hay nivel para hacerlo. Si no, me quedaría cómodo con mi familia, pero el nivel no lo permite. Los argentinos necesitamos estar meses fuera de nuestro país, la lucha va mejorando pero falta tiempo todavía.
Agustín se convirtió en un referente para los chicos y sobre esta experiencia nos cuenta: “Me gusta trasladar mis experiencias a los más chicos, les hablo de lo importante que es estar enfocados para conseguir los objetivos”.
Tenés 24 años y físicamente se te ve perfecto ¿te quedan varios años de carrera?
Hasta los 34, 35 años se puede luchar. Tenés que estar muy bien. Si el cuerpo te acompaña, podés lograrlo. La realidad es que la mayoría llega hasta los 30 años.
Volver a estar en un juego olímpico es su gran anhelo, pero antes hay varios obstáculos por sortear: “A fin de año tengo los juegos Odesur de Paraguay, donde hace cuatro años conseguí la medalla de plata y el año que viene voy a estar en los Panamericanos que se hacen en Chile. Uno de los grandes objetivos es el mundial de 2023. Si terminás entre los primeros seis, te clasificas a París 2024. Ojalá pueda darse”.
¿Qué te impresionó de los JJOO?
Me sorprendió cómo me trataron. Me traían la comida, me alcanzaban las toallas, todo. Para un futbolista es normal, pero para nosotros no, nunca me había pasado eso. El trato fue magnífico.
La Villa Olímpica es un mundo aparte, ahí se juntan los mejores deportistas. “A Campazzo lo veía todos los días, pero no me animaba a pedirle una foto, ja. El último día lo vi y por suerte nos la pudimos sacar. Con la Peque Pareto igual; fue la otra foto que quería tener de Tokio y pude conseguirla”, cuenta sobre su experiencia olímpica.
Si bien Agustín su sueña con volver a la cita máxima, tiene claro que lo más importante es su hijo y nos comparte un cuidado muy particular que tiene con él: “Tiene cuatro años. No lucho con él porque no quiero que lo haga con los compañeritos, todavía es muy chico”.
Agustín Destribats recorre el mundo con la bandera Argentina, representa a Córdoba de la mejor forma y se hizo un tatuaje después de Tokio. ¿Vendrá el siguiente en 2024?