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Simón Guzmán
Periodista
Matías Giraudo Escurra es un armador joven pero con una gran trayectoria en el vóley internacional. Luego de dos años en el Nice de Francia, se siente preparado para los desafíos que se vienen, muchos de ellos con la Selección Argentina.
A diferencia de otros años, se siente un jugador con un rol más participativo en la Selección y nos cuenta: “Estoy orgulloso de estar acá, es un logro muy satisfactorio para mi. Este año me siento más parte del equipo. Hoy soy el tercer armador del equipo y buscaré seguir escalando. Considero que necesito un poco de experiencia y roce en selecciones mayores”.
El segundo armador es Matías Sánchez, un jugador sobre el que Giraudo tiene un alto concepto: “Es un gran jugador y lo considero de los mejores del mundo. Ha sabido suplir el tema de la altura, es un gran ejemplo a seguir. Somos dos armadores muy diferentes. Por él tengo respeto y admiración, me encanta ser su compañero”.
- Después del mundial se podría ir De Cecco, ¿qué significa él para vos?
A Luciano solo hay que aplaudirlo, para mi es el mejor jugador de la historia del vóley argentino y uno de los mejores de la historia del vóley mundial. Es muy difícil lograr lo que consiguió él y también será complejo llenar semejante hueco cuando se vaya. Me siento preparado para poder estar en ese lugar y trabajo todos los días para eso.
Con la última citación de la Selección se concretó el final de ciclo de tres de sus referentes indiscutidos de los últimos años: Cristian Poglajen, Federico Pereyra y Sebastián Solé. La ausencia del “Nene malo” ha pegado con particular dureza en el mundo del vóley nacional y Giraudo confiesa: “Tengo admiración por Solé, hay que agradecerle por todo. No es fácil estar tantos años en la Selección. Implica no tener vacaciones, no poder ver mucho a tu familia y él estuvo a un nivel muy alto en todo este tiempo”.
Sobre el recambio en esa posición, agregó: “En Argentina hay muchos centrales. Loser es una realidad y detrás de él hay jugadores que están haciendo las cosas muy bien. Somos un país que siempre nos hemos caracterizado por tener grandes centrales”.
- ¿Qué te generó la vuelta de Facundo Conte al vóley argentino?
Hace poquito me enteré de la noticia, todavía no lo hemos hablado con los chicos de la selección. Es un gran salto de calidad, sube la vara para la Liga. Los demás equipos necesitarán ser más fuertes y también comenzarán los intentos para repatriar jugadores. Estos jugadores hacen que la Liga crezca. En su momento UPCN y Bolívar tenían estrellas mundiales. La llegada de Facu va a generar un cambio desde lo mediático también. Creo que no le encuentro un punto negativo a esta noticia.
- ¿Quedó la vara muy alta después de los Juegos Olímpicos de Tokio?
Considero que después de esa medalla creció mucho esta disciplina en el país. Argentina es un país resultadista y eso se notó. Hay una gran camada y muchos jugadores están luchando por estar acá. En la primera charla de la concentración, Méndez nos marcó que hay un legado que seguir. Trataremos de ser competitivos y ganar la mayor cantidad de partidos posible.
Nice de Francia, una gran aventura
Matías finalizó su contrato con el club francés. Fueron dos años de grandes momentos, lo que le permitió generar un gran salto deportivo. En esta última temporada, Nice llegó a los Play Offs y Mati hace su balance: “Este año me sentí muy cómodo, tuve la oportunidad de jugar muchos partidos en el alto nivel, deportivamente fue un gran año, probablemente el mejor de mi carrera. El equipo tenía una identidad y eso me interesaba mucho. Me fui lleno de aprendizajes de este equipo. Ahora toca emprender un nuevo rumbo y ojalá siga creciendo”.
- ¿Mejoraste mucho en tu juego?
Siento que he mejorado en la distribución. Ser armador es muy complejo, es un puesto que tiene diferentes partes y no es necesario ser bueno en todas esas partes. Considero que puedo mejorar la precisión, aunque eso lo haré hasta el último día. Creo que hasta Messi siempre seguirá mejorando, ja. Tengo que manejar los momentos un poco mejor, eso es lo que más me interesa ahora”.
Cuestión de sangre
La hermana de Matías, Camila Giraudo, brilla en la Liga Nacional de Vóley femenino. Con 20 años comienza a generar su propio camino y al hablar de ella, Matías se emociona: “Es una jugadora de emociones, contagia mucho a su equipo, a veces desde la negatividad también. Ella sabe que a eso lo tiene que mejorar. Intento darle mi palabra de apoyo y cuando me pregunta, le doy mi punto de vista. Solo espero que disfrute mucho de todo lo que está pasando”.
- ¿Qué te genera verla en la Liga Nacional jugando partidos decisivos?
Mirá, solo con escuchar tu pregunta se me pone la piel de gallina, te juro. Tengo una tremenda admiración por ella. Se crió entre tres hombres en casa, nunca le faltó el respeto a nadie y siempre se ha roto el lomo. Supo caminar entre las sombras porque no estaba en la Selección hasta la juvenil. Ella sabe lo que siento y lo orgulloso que me pongo de verla ahí.
- Trinitarios de Villa María y Rivadavia fueron los dos representantes cordobeses en la última A2 del vóley argentino, ¿seguiste sus campañas, teniendo en cuenta que surgiste del Riva?
Me gusta ver que les vaya bien. Considero que ha vuelto a tener un gran momento el vóley de Villa María. Me da placer haber visto caras viejas en ambos equipos. Me puso feliz ver a Fernando Badrán y Claudio Coria en ambos equipos. Ellos le han dado de todo al vóley de Villa María. En Córdoba capital es más complicado porque cuesta encontrar chicos que quieran jugar. Ojalá se sumen porque detrás de este deporte hay cosas muy buenas.
El armador sigue creciendo y se ilusiona con lo que viene, que seguramente serán grandes cosas. Para nuestra provincia es un orgullo tener un representante en la celeste y blanca. Ojalá muchos cordobeses más lleguen a su lugar en un futuro más cercano.